La experiencia hace mucho. Recuerdo mi
primer festival. Nos lo montamos muy mal y que pasamos penurias
varias. No sabíamos a donde íbamos y teníamos tan solo 20 años.
Con 29 años recién cumplidos, por ahí no me vuelven a pillar...
Vamos a montar un chiringuito en el que
intentaremos sobrevivir durante tres o cuatro días. Así que no
escatiméis con la pasta. Con unos 50 euritos, a lo sumo, te lo
puedes montar como un campeón. Sillas y una mesa son
imprescindibles. Son muchas las horas muertas y mejor estar sentadito
en una silla de camping que dando vueltas por el pueblo o gastándote
la pasta en cañas en cualquier bar. La mesa no es tan fundamental,
pero un objeto tan trivial facilita mucho la vida. Yo la he echado
mucho de menos.
Para mi, otro objeto fundamental es un
buen reproductor de música. Animará la estancia, atraerá a gente
y, sobre todo, camuflará el molesto ruido de los timbales
(¡metéroslos por el Ohio!). Unos altavoces del chino (5 euritos) y
tienes tu propia discoteca.
Ni que decir tiene que el colchón
hinchable y una almohada aumentan tu fuerza como las habichuelas de
Goku. Siempre pienso que en los festivales tengo una barra de vida
amarilla como la de Ken en el Street Fighter y que poco a poco se va
convirtiendo en roja. Dormir sobre un colchón, aumenta la vida. ¡One
up!
El llevar comida y bebida influirá muy
positívamente en que el gasto final de nuestro viaje sea menor. Por
experiencia, lo ideal es un par de paquetes de pan de molde y
embutido como para una boda gitana (un festival no es el sitio en el
que preocuparse de una dieta equilibrada). Las latas de sardinas o
similares son muy incomodas y terminas muy manchado. Llevar un
Camping gas es una opción pero... ¿Quién es el guapo que luego
friega una sartén, platos y cubiertos en medio de un pedo campero?
Lo recomiendo sólo para los más aplicados.
¡No os olvidéis una neverita! O en su
defecto una bolsa aislante. Unas latas de birra y unos hielos
aseguran un buen pedo durante la tarde mucho más económico que
meterte en un bar. Y si llegamos algo entonados a los conciertos, nos
ahorraremos dinero en alcohol. Los precios dentro de los recintos de
los festivales suelen ser una auténtica locura.
Para terminar, todo esto no es
aplicable a mi caso ya que en el próximo Viñarock un servidor
dormirá en un hotel. Sólo quiero daros envidia.