Las revueltas en el mundo árabe están cambiando el panorama político mundial. Suceden a un ritmo de vértigo. Túnez, Egipto, Libia, Irán… Regímenes autoritarios que usan la religión para atemorizar a sus ciudadanos y enriquecerse. Al fin y al cabo, es la historia que se repite desde que el hombre es hombre (George Carlin lo explica a la perfección).
Es muy difícil hacer humor sobre este tipo de situaciones. Tengo experiencia con ello. Llevo unas semanas haciendo una rutina sobre la reunión que mantuvieron Hitler y Franco en Hendaya en 1940. Y cuesta que la gente entre. España tiene un público muy acostumbrado al humor de ‘¿no os pasa a todos?’ o ‘me ha dejado mi novia’. Intentar hacerles llegar humor sobre la revolución que está produciéndose en estos países es una misión muy difícil.
Incluso podríamos decir, que muchos españoles ni siquiera son conscientes del cambio que se está produciendo en el panorama político mundial. No pienso que vivamos en un país de pandereta, pero casi.
No puedo pasar por alto los que para mí han hecho el mejor humor sobre estadistas en este país. Los chicos de Muchachada Nui. Desde Kofi Annan a King Jong Il. Ya lo hacían en su etapa chanante, con una parodia memorable de la reina Isabel II. Uno de sus objetos de parodia fue, precisamente, el líder iraní Ahmadineyat.
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